sábado, 18 de junio de 2011

Cómo te lo digo?

Lo que extraño es lo que quiero,
y en ocasiones no deseo.
Lo que tengo no lo veo,
y lo que quiero es lo que tengo.

A quien le debo, le debo todo,
lo entrego todo y no lo niego.
¡Te echo de menos! Tanto tiempo,
te echo en cara que te quiero.

Es tu culpa, no la mía.
¿¡Qué te he hecho!?
Te he hecho todo,
no me miento.

No hay razones que entender,
sólo alma que querer.

Eres bueno y no lo veo,
hace años que te entiendo.
Pero es tanta mi ignorancia,
es tan negro el paso mío,
que no entiendo lo que tengo.

Ocasiones todas, y muy pocas.
Yo me esfuerzo en tu silencio,
tan astuto mensajero.




Guillermo Díez Deustua

2 comentarios:

Ignacio Pagés Larruy dijo...

Guille, buenísimo, de verdad. La primera estrofa es muy barroca, pero te obliga a fijarte y meterte en el poema. Genial!! Y el ritmo métrico también es constante, es decir que tiene musicalidad. Aunque sobre todo tiene vida, porque tiene un contenido verdadero, universal. Grcaias por publicarlo, es un placer leerte.
Un abrazo!!

J. Carreras Guixé dijo...

Suscribo plenamente la opinión de Ignacio, y el contenido de tus versos. A ver si vas a dejar la arquitectura y te vas a dedicar a las letras...